Si ayer no te hubieras marchado,
¿qué estarías haciendo hoy?
¿Dirías cosas bonitas a todos?
¿Y yo… qué estaría haciendo yo?
Tal vez gastarías el dinero en ropa,
o comprarías un televisor.
Mirarías películas viejas,
y al no entenderlas… las repetirías un montón.
Harías todo a medias,
y tratarías —como siempre— de tener la razón.
Conversaríamos sobre tus historias,
la abuela, Pamela… y el amor.
Y al entrar a casa, estarías cocinando,
o quizás planeando un viaje
para conocer nuevos lugares
como siempre soñaste,
Pero no.
Ya no habrá más momentos de esos hoy.
Y es así...
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