10 abr 2025

Nosotros… aunque ya no

No hablamos. Pero cada cierto tiempo, te escribo algo invisible.
Un pensamiento. Un saludo mental.
Una oración bajita cuando siento que algo no anda bien contigo.
Y no, no quiero volver.
Pero tampoco me puedo ir del todo.

Hay días en los que me siento completo.
Y de pronto, apareces en un recuerdo, en una canción,
en una tontería que solo tú entenderías.
Y me río. Y te veo sonriendo en el cuarto.
Y me dueles. 
Todo al mismo tiempo.

No podemos ser amigos.
Y tal vez no hace falta.
Porque hay vínculos que no necesitan nombre,
solo un rincón suave en el corazón donde reposar.

Y a veces te sueño.
Nos encontramos sin peso, sin culpa, sin distancia.
Nos contamos cómo vamos,
nos decimos lo que en la vida real ya no sabemos decirnos.
Y esta vez no duele.
Porque en los sueños no existe el final.
Y al despertar, aunque el vacío vuelva,
queda esa paz de saber que fue real.
Que por un momento, estuvimos bien.

No espero nada.
Y sé que tú tampoco.
Lo nuestro no necesita volver para existir.
Porque está presente todos los días.
Lo nuestro se transformó en Lucas,
en esa melodía que exige ser escuchada,
y que tiernamente sigue siendo nuestra.

A veces pienso que ni tú sabes cuánto te quise.
Pero si en algún rincón del universo habita Dios,
Él sabe que te amé.
Con torpeza. Con miedo.
Con todo lo que tenía.
Y eso, nadie me lo quita.

Nosotros… aunque ya no.



No hay comentarios:

Publicar un comentario