en la memoria, en el pecho o en el tiempo.
Paranoias Literarias
¡Tengo la necesidad de escribir! Bien o mal, no lo sé… en este blog encontrarás historias con personas maravillosas, amores que ladran, decepción e ilusión y sobre todo muchas despedidas. He reído tanto cuando he debido llorar… que actualmente los confundo. Y tal vez por eso escribo. Para ordenar lo que siento, para recordar lo que me desborda. Este espacio no es solo un refugio. Es el lugar donde todo lo que fui sigue escribiéndose. Bienvenido a mi casa emocional, mis Paranoias Literarias.
20 abr 2025
Nunca dejé de escribir
en la memoria, en el pecho o en el tiempo.
17 abr 2025
Mi promesa eterna
compartiendo gustos y sueños,
descubriendo en cada conversación que nuestras ideas eran la forma de abrazarnos,
Así, sin darnos cuenta, esas charlas en el mueble siempre nos transportaron lejos, olvidándonos del tiempo.
Éramos dos personas que se disfrutaban sin apuro, porque eso siempre fue lo mejor que supimos hacer.
Y eso de alguna forma… siempre será así.
Epílogo
13 abr 2025
SHANE
La de una perrita viejita que llegó a mi casa “temporalmente”.
En tiempos donde yo le daba la espalda al mundo…
fue ella quien decidió no darme la espalda a mí.
Con su andar pausado y sus silencios llenos de amor, volvió a encender la luz de un corazón extraviado.
Sin saberlo, preparó el terreno más importante de mi vida:
el que permitiría que Lucas pudiera encontrarme.
Y a mí… dejarme encontrar.
Esta es la historia de Shane.
12 abr 2025
La otra despedida
No fue solo ella.
También se fueron ellos.
Esa familia que me abrazó sin pedir explicaciones,
que me cobijó en el momento más oscuro de mi vida,
Cuando perdí a mi mamá y el silencio que ella dejó aún me costaba.
Extraño sus formas de hacer familia hasta en lo más simple.
Disfrazando el amor en comidas, risas y charlas.
Esas reuniones donde la casa olía permanentemente a cariño
Esa rutina que sin saberlo me salvaba.
Porque hay amores que no se explican, se sirven calientes en un plato.
Que tienen olor
a guiso y se cocinan lentamente.
Que están en esa sobremesa que se alarga sin apuro.
Y aunque uno ya no esté ahí.
Ese calorcito, intacto, servido, aunque cambie, no desaparece.
Y sí, yo también tenía una familia.
Pero la mía estaba rota, como yo,
como mi forma de amar.
Y ellos me enseñaron que el amor puede ser calidez, rutina, equipo.
Que se puede pelear y seguir siendo hogar.
Hoy, los recuerdos vienen a mí como fotos
viejas,
esas que uno guarda sin intención,
pero que a veces aparecen con fuerza y te detienen.
Me dicen que no los olvide.
Que lo que aprendí ahí —en esa casa, en ese amor sencillo—
me sigue sosteniendo.
Porque ese fue mi lugar feliz.
Y ellos, los míos.
Aunque el tiempo haya pasado,
sé que cada vez que me pierda,
puedo cerrar los ojos
y volver a sentarme en esa mesa.
Donde éramos invencibles al tiempo,
porque estábamos juntos.
Y con eso bastaba.
A veces me pregunto si ellos también me
extrañan.
O si saben que yo, en silencio,
los sigo queriendo.
Como se quiere a los lugares donde uno alguna vez se sintió a salvo.
10 abr 2025
Nosotros… aunque ya no
Una oración bajita cuando siento que algo no anda bien contigo.
Y no, no quiero volver.
Pero tampoco me puedo ir del todo.
Hay días en los que me siento completo.
Y de pronto, apareces en un recuerdo, en una canción,
en una tontería que solo tú entenderías.
Y me río. Y te veo sonriendo en el cuarto.
Y me dueles.
Todo al mismo tiempo.
No podemos ser amigos.
Y tal vez no hace falta.
Porque hay vínculos que no necesitan nombre,
solo un rincón suave en el corazón donde reposar.
Y a veces te sueño.
Nos encontramos sin peso, sin culpa, sin distancia.
Nos contamos cómo vamos,
nos decimos lo que en la vida real ya no sabemos decirnos.
Y esta vez no duele.
Porque en los sueños no existe el final.
Y al despertar, aunque el vacío vuelva,
queda esa paz de saber que fue real.
Que por un momento, estuvimos bien.
No espero nada.
Y sé que tú tampoco.
Lo nuestro no necesita volver para existir.
Porque está presente todos los días.
Lo nuestro se transformó en Lucas,
en esa melodía que exige ser escuchada,
y que tiernamente sigue siendo nuestra.
A veces pienso que ni tú sabes cuánto te
quise.
Pero si en algún rincón del universo habita Dios,
Él sabe que te amé.
Con torpeza. Con miedo.
Con todo lo que tenía.
Y eso, nadie me lo quita.
Nosotros… aunque ya no.
9 abr 2025
Las noches con mi abuela
Hay noches que no se olvidan,
que regresan como un soplo de vida cuando el recuerdo vuelve.
Son noches que guardo como un refugio,
porque todavía puedo verla,
a ella, como un recuerdo vivo: mi abuelita Delia.
Ya no con la comida caliente —porque una enfermedad ya no se lo permitía y la tenía en cama—,
pero sí despierta, esperándome, con el amor intacto…
con el superpoder de ser mi heroína para protegerme de los golpes que por esos días me tocó vivir.
Y una canción nos volvía cómplices:Volver de Gardel.
Magdalena, 08 de octubre de
2010
8 abr 2025
AMORES IMPOSIBLES
6 abr 2025
REINVENTARSE
MI FAMILIA DE CUATRO PATAS
Dicen que hay amores que te salvan y te reconstruyen —que llegan cuando estás a punto de darte por vencido—.
Yo no creía en eso… hasta que lo viví con Lucas, Florencia y Alma.
No los elegí… o tal vez sí, pero me gusta creer que fue la vida la que se encargó de juntarnos justo cuando más lo necesitábamos.
Lucas fue quien llegó primero. El que convirtió mis pasos en una sombra suya.
Mi pequeño engreído, gruñón y malcriado —porque uno también aprende lo que es amar desde la imperfección—.
Él me enseñó a querer otra vez sin condiciones.
Él no es un perro, es una extensión de mí, con patitas y cola.
Florencia, mi Flo, llegó en un momento extraño, cuando la pandemia nos encerró, y Lucas y yo éramos dos corazones que estábamos un poco rotos.
Ella es mi equilibrio, la que pone la patita cuando quiere algo, la que se sienta a mi lado en los días tristes.
Es la primera en sentir si algo anda mal —es pura inteligencia emocional con hocico—.
Ella es la que me cuida, aunque parezca que soy yo el que la protege.
Alma… mi negrita. La pequeña gigante.
La que apareció en una playa al borde del olvido.
Yo creía que la estaba salvando, pero fue ella quien me rescató.
La nobleza que carga en sus ojos es de otro mundo —tiene una mirada dulce e intacta—.
Alma me recuerda que a veces hay que volver a empezar, aunque duela.
Que las heridas sanan y que siempre vale la pena confiar otra vez.
28 ago 2014
SENSIBILIDAD
Esos agujeros llenos de colores son dulces expresiones literarias que, para algunos de nosotros, siempre serán el desnudo de nuestras emociones hecho arte.
En un “baúl”, hace mucho, empecé a escribir lo que mi voz y mis actos intentaban vivir.
Con el transcurrir del tiempo, las historias cobraron vida, transformándose en efectos musicales, equinoccios de primavera, nostálgicas manías y confesiones inoportunas, que con locura se inspiraban y con tierna melancolía se componían.
Juntos compartimos los días de invierno y, así, conversando, le hicimos un alto a la vida.
Los espacios nunca más fueron vacíos, y emocionados miramos a la luna cual hoguera, y nos sentamos alrededor de ella, creando Paranoias Literarias …
Con el paso de los encuentros, las ideas se volvieron un sutil entendimiento, y las palabras tendieron puentes de amistad que la distancia y el tiempo no pudieron quebrar.
Volvimos las cosas complicadas en simples, confundiendo el día y la noche con poemas de amor a orillas del mar.
Y tal vez todo esto es solo lo que yo pienso, y nada se asemeje a una verdad.
Aun así, si estas fueron tan solo mis locuras escritas y parecieran poco interesantes mis palabras… todas son recuerdos del pasado que, hoy día, agradezco.Hace unos años, un baúl explotó y hoy es una realidad de color azul, mi color favorito.
Estos son tan solo mis recuerdos e historias y, ahora, ya con algunos años encima…
mis viejas Paranoias Literarias.